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Música consciencia

Alianza Urbana

“Nosotros hacemos paz, porque hacemos músicaconsciencia, hemos aprendido a respetarnos y todos estamos dispuestos a aprender. Dejamos nosotros mismos de ser un problema para la sociedad y luego, con la música llevamos el mensaje, no nos hemos dejado llevar por el consumo, seguimos haciendo músicaconsciencia”.

Pola, 19 años.

Debido a la ausencia de políticas públicas para la adolescencia, los jovenes resultan siendo los más implicados en la guerra, la delincuencia urbana, el consumo y venta de drogas, la explotación minera, el microtráfico y macrotráfico, entre otras de las problematicas existentes en el Pacífico colombiano.

 

Por esta razón,  el Proyecto de servicio civil para la paz, en convenio con la Diócesis de Quibdó, llegan en el 2011 a la ciudad de Quibdó, para conformar un grupo artístico que buscaba reunir a jovenes en situación de alta vulnerabilidad, en barrios marginales de esta zona del Chocó, con el fin de establecer una consciencia social y de prevención a la población juvenil, que corresponde al 65% de la población total.

 

Durante el año 2011 se realizaron dos talleres: Voz y cuerpo y el Taller de audiovisuales, los cuales buscaban atender a la juventud y ofrecer herramientas para visibilizar y transformar la problemática urbana por medio de diferentes expresiones artisticas (canto, baile, pintura, creación audiovisual, etc). Como resultado se creó un video donde los jovenes pudieron expresar su percepción de la realidad, por medio de la voz, coreografías y la puesta en escena.

 

Sin embargo, el grupo que más deseó e insistió en continuar con este proceso fue el de los jovenes raperos, quienes sin tener conocimiento de su talento, encontraron la manera de combatir y crear consciencia por medio de la música, conformando así, en el 2012,  el grupo Alianza Urbana.

 

De este modo, Alianza Urbana nace como un grupo empoderado por 18 jovenes que creyeron en el RAP y el HIP HOP como la herramienta para denunciar y hacer resistencia al panorama social que se vive en esta ciudad, donde cada dia aumenta la violencia urbana y la destrucción de la tierra y sus recursos naturales.

 

Su reto inicial fue lograr que el grupo se mantuviera unido, puesto que sus integrantes son jóvenes pertenecientes a los diferentes barrios de Quibdó; lo cual determina una diferencia de niveles educativos, económicos, sociales, raciales y de valores. Pero Alianza Urbana, ha logrado combatir estas diferencias y solidificarse como una familia, en la que prima la tolerancia, la resolución de conflictos de manera pacífica y el cuidado al otro, poniendo en práctica el mensaje de paz y consciencia que quieren trasmitir con su música; y así mismo, romper aquellas barreras invisibles que son generadoras de violencia en todo el mundo, y unificarse en pro de integrar la música con el deseo de lograr una transformación social.

 

“Lo más bonito es cuando la gente realmente se reúne, y más con algo que los une como la música y el deseo de hacer una transformación social, si hay esas dos cosas, uno sí puede lograr unir gente de diferentes orígenes” Michaela.

 

“Alianza Urbana nos ha enseñado a cambiar en el comportamiento y la forma de expresarnos, a no callar lo que nos afecta y a sentirnos en familia. A compartir experiencias y adquirir conocimientos para nuestro crecimiento”.

Marshal, 31 años.

 

“Creamos cultura de paz porque es algo que nos nace, eso permite hacer las cosas con amor, intensidad y placer, sin esperar nada a cambio pero si viendo cambios positivos en el grupo y la sociedad. Cuando le metemos la ficha a algo, es con el corazón. Mi proyecto de vida es continuar con la música, crear una especie de semilleros, donde podamos encaminar a niños, niñas y jóvenes en lo que hacemos nosotros. Encontrar la oportunidad de enseñar lo que ya sabemos y también aprender más y solucionar dudas”. Marshal

Bajo su lema de hacer MÚSICACONSCIENCIA, este grupo ha logrado mantenerse con 18 integrantes (17 hombres y 1 mujer), que aprendieron a luchar para su comunidad y su pueblo,  no solo cantando acerca de la realidad de su ciudad sino también, a través del trabajo pedagógico comunitario, llevando lo aprendido a sus diferentes barrios y otras zonas del Chocó, donde han podido trasmitir su aprendizaje y generar consciencia en niños, niñas y adolescentes, por medio de campañas educativas en colegios, campañas de consciencia política, y visibilizando las problemáticas, para así poder llegar a exigir políticas públicas para la juventud.

 

Ahora, continuan trabajando diariamente y esperando el día en que puedan conformar la escuela de RAP y HIPHOP, creada por Alianza Urbana, para continuar con su legado y trasmitir el conocimiento a niños, niñas y adolescentes de todas las regiones del Chocó. 

 

 

 

 

 

“Empecé en Alianza Urbana por “goma”, deseaba cantar rap, hasta que vi que esto era un proyecto serio, para cambiar y se volvió parte de mi vida. Por Alianza Urbana, es que no me he retirado de la música, nos ha enseñado muchas cosas, a tener consciencia y darse cuenta de lo que pasaba en nuestros contextos… Mi proyecto de vida es terminar mi universidad y poder continuar con el legado de Alianza Urbana, enseñando y seguir luchando con la música”.

William, Williking

“En alianza Urbana he aprendido a manejar a los hombres, hacerme respetar y aprender a respetar los estados de ánimo de la gente. A no desistir, pues somos un clan, una familia y nos queremos y nos respetamos. Todos me apoyan y me ayudan a mejorar en mi procesos musical…. Mi proyecto de vida es ser cantante y comunicadora social; y lograr formar la próxima escuela de hip hop creada por Alianza Urbana”.  Pola.

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